"MIGRAR ES UN DERECHO, TRABAJAR TAMBIEN"

1ro. DE MAYO DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJO
Transcurrido un año de la pandemia global del Covid-19, ésta sigue teniendo graves impactos en América Latina y El Caribe, la situación de los trabajadores y trabajadoras se ha precarizado, especialmente de las personas migrantes y refugiadas que se encuentran en trabajos esenciales como las trabajadoras de casas particulares, los trabajadores del reparto, los vendedores ambulantes, las artesanas y de quienes están en las cadenas de cuidado.
Las condiciones de vulnerabilidad de las personas migrantes y aquellas con necesidad de protección internacional se han duplicado por la pandemia por el cierre y militarización de las fronteras que obligan a los migrantes, a niñas, niños y adolescentes y a sus familias a optar por pasos irregulares en donde son víctimas de redes criminales, de trata y tráfico.
Condenamos la actitud de gobiernos como el de Brasil que ha decidido abandonar los pactos internacionales para no cumplir con sus obligaciones de proteger los derechos de los migrantes. Por el contrario, está criminalizando la migración y muchos migrantes, especialmente haitianos están muriendo al cruzar las fronteras hacia el Perú. Chile por su parte, ha decretado órdenes masivas de detención y expulsión de inmigrantes y con la nueva Ley de Migraciones exige la obtención de visas en los países de origen, empujando a grandes flujos migratorios a cruzar las fronteras por pasos no habilitados. Ecuador, aprobó reformas a la Ley de Movilidad Humana para incluir la deportación o expulsión de personas, sin el debido proceso, eliminó la ciudadanía sudamericana y andina retrocediendo en el proceso de integración de los países latinoamericanos.
Denunciamos la situación de las trabajadoras de casa particular, muchas de ellas migrantes que han sido despedidas sin recibir cesantías, sin beneficios sociales o siguen enfrentando abusos por parte de sus empleadores, la extensión de sus jornadas laborales y sin derecho al descanso. Las trabajadoras horticultoras en Argentina sufren ataques de pánico y se encuentran solas, sin redes de contención. Los trabajadores del reparto en Plataformas Tecnológicas como Glovo, Ubber, Pedidos Ya han aprovechado la crisis sanitaria para ejercer prácticas explotadoras, rebajas salariales, no asumen los riesgos de accidente de los trabajadores y ni siquiera los conciben como trabajadores bajo dependencia sino como “empresarios individuales”. Similar situación experimenta los trabajadores ambulantes, migrantes que se arriesgan diariamente a salir a trabajar en la vía pública para llevar comida a sus familias y se enfrentan a discursos de odio y de xenofobia.
Condenamos las ganancias obscenas de las farmacéuticas y de otras empresas que han lucrado con la pandemia del Covid 19, máxime cuando los sistemas de salud se han deteriorado. Miles de migrantes han muerto y ni siquiera se encuentran en las estadísticas de los gobiernos, menos aún en los planes de vacunación, destinados en algunos casos únicamente para la población local. Denunciamos la agudización de la violencia de género, el incremento de los feminicidios, las asimetrías en el acceso a la salud, educación y empleo de las mujeres migrantes. La discriminación en la entrega de bonos o ayudas económicas que son entregadas únicamente a los maridos y no a las mujeres que se encargan de sacar adelante a sus hijos e hijas y que trabajan en las cadenas de cuidado de sus propias familias y ajenas. Exigimos a los estados cumplir con sus obligaciones de garantizar y proteger los derechos de los trabajadores migrantes y sus familias. Iniciar de procesos de regularización migratoria como puerta de entrada a otros derechos.
Exigimos a los estados la fiscalización de la situación de las trabajadoras de casas particulares, de su derecho a un seguro de cesantía, del reconocimiento de la calidad de trabajadores a los vendedores ambulantes, a los trabajadores del reparto y de su derecho a conformarse en un sindicato.
Exhortamos a los estados a explorar la posibilidad de una renta universal que permita sortear los efectos de la pandemia y el hambre. Hacemos un fraternal llamado a los sindicatos a incluir a los trabajadores migratorios como parte de sus integrantes. La pandemia nos ha enseñado que solo con la solidaridad y el bien común podremos luchar contra la mercantilización de la vida, contra el patriarcalismo, el neocolonialismo y el capitalismo.
¡LOCAL O EXTRANJERA, LA MISMA CLASE OBRERA!
¡VIVA LA LUCHA DE LOS/AS TRABAJADORES MIGRANTES Y SUS FAMILIAS!
Miredes Internacional International Migrants Alliance - IMA